EL lujo al que nos tiene acostumbrados la maison francesa nos lleva esta vez a una fiesta carnavalesca medieval en un palacio de la fabulosa cuidad italiana, con el mismísimo David Bowie al frente de un antiguo clavicémbalo, interpretando una reversión de I’d rather be high, el último single de su álbum The Next Day.
En un abrir y cerrar de ojos la fiesta desaparece, con una partitura dentro de la cartera Vivienne como única evidencia de lo acontecido. Un antiguo junco chino de velas bordeaux nos espera para llevarnos en nuestra próxima aventura, porque si de algo sabe Vuitton, es de viajar.
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