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Chile es un país reconocido
mundialmente por la producción y exportación de vinos de alta calidad. Según
datos de este año del ministerio de Agricultura, “Chile vende US$ 2 mil
millones en más de 150 países, lo que lo
convierte en el cuarto país exportador de vino en el mundo detrás de los
históricos productores como Italia, Francia y España, y el primero de los
países denominados del Nuevo Mundo”.
Dado este contexto, la Asociación de Marcas de Lujo (AML),
entidad gremial sin fines de lucro, que reúne a 30 prestigiosas marcas, está
potenciando la creación del lujo vitivinícola.
“Este nuevo concepto está
relacionado a la elaboración de vinos
súper finos y al enoturismo, el cual está pasando a ser un negocio cada vez más
importante para las viñas, en este caso Santa Rita, Vik, y Lapostolle, las
cuales se posicionan en el Top of Mind del mercado de lujo”, exponen desde la
entidad.
Según su experiencia, la
presidenta de la Asociación de Marcas de
Lujo, Elena Carretero afirma que “la categoría de vinos súper finos en 2018
registró un crecimiento de casi un 10% donde si bien variedades como el
Cabernet Sauvignon o Sauvignon Blanc siguen siendo líderes indiscutidas, ha
habido otras cepas que han ido ganado terreno como el caso del Carignan,
Semillón, País, Petite Sirah (...) también este aumento se explica por un
consumidor que tiene mayor poder de adquisición, es más sofisticado y tiene un
interés por estar bien informado. Es por esto que busca vinos premium,
orgánicos provenientes de viñas más sustentables”, agrega.
En ese mismo contexto, la
representante de la AML explica que existe una doble causa que explica el
crecimiento de esta industria en Chile “Por un lado la oferta de productos o
servicios ha potenciado dos industrias: la del vino de alta calidad y
hotelería. Por otro lado, en la demanda de productos y servicios de lujo, ha habido
un crecimiento impulsado por un mercado interno más consolidado en este
segmento y también por la entrada de turistas extranjeros, lo que ha provocado
que Chile se convierta en una plataforma
de servicios para la región”.
Con respecto al enoturismo, desde
la Asociación aseguran que va al
alza: “ha habido un aumento importante de divisas en torno al enoturismo, el
cual bordeó los US$ 453 millones de dólares en 2017, especialmente en el Valle de Colchagua y
Valle del Maipo. Asimismo, desde la entidad apuntan a que este año se espera
duplicar las visitas de chilenos y extranjeros al mundo del vino.
De acuerdo a estudios de
Enoturismo Chile junto a la Subsecretaría de Turismo, “Chile ha sido
galardonado en dos oportunidades como el mejor lugar para hacer enoturismo a
nivel internacional”. En este escenario, cuando se realizó un diagnóstico
respecto al enoturista durante 2018, el 45% aprox fue chileno y el 55%
extranjero (principalmente entre 35 y 44 años).
“Santa Rita es una de las viñas
más visitadas de Chile, la cual ofrece una propuesta patrimonial que cuenta con
hotel, restaurante, tours y museo. Vik entrega una excepcional arquitectura y
diseño, con una bodega semienterrada como parte de su geografía y un hotel de
lujo que tiene una vista imponente. En relación a Lapostolle es parte de un
proyecto impulsado por sus dueños de descubrir en Apalta un buen número de
antiguas vides
de Cabernet Sauvignon y Carmenere
traídas desde Francia, en muy buenas condiciones y
únicas en el mundo”, dice Elena
Carretero.
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